viernes, 25 de abril de 2008

El arte de la entrevista

Reflexión sobre el género
A lo largo de la carrera uno se enfrenta varias veces con el dilema de realizar una entrevista y, si hace varios años que uno está cursando, esto te provee de cierta experiencia en este arduo pero reconfortante trabajo.
En un principio hay que tomar en cuenta que realizar una entrevista no es fácil. No se trata de elegir a una persona, ir al lugar convenido y empezar a hablar y cuestionar. Cada entrevista es particular, depende tanto del entrevistador, como del entrevistado y en especial del móvil que nos impulsa para realizar dicho encuentro, sin olvidar como vamos a registrar la misma.
El trabajo del entrevistador comienza con el planteo de la entrevista, aunque hay veces que esto es impuesto. Lo principal es la preparación, hay que investigar, y mucho. Cada entrevistado conlleva un mundo de información. A la entrevista hay que ir bien informado.
Una entrevista puede ser el punto de partida para una crónica, una nota de Investigación, un documental, etc. Lo que resulta más difícil de parte del entrevistador es hacer sentir cómodo y confortable al entrevistado, más si en medio de ambos se encuentra un grabador, y ni hablar en el caso de una entrevista filmada. Cualquier elemento tecnológico introducido en un dialogo lo condiciona; se pierde por completo la situación coloquial, que permitiría una mayor soltura del entrevistado.
Los entrevistados varían según su oficio o profesión y esto condiciona la manera de llevar a cabo la entrevista, también lo que influye en gran medida es el grado de relación que tenga con el entrevistador. Muchas veces para conocer un poco al entrevistado se suele hacer una pre entrevista, en la cual se hablan de los temas que se van a tratar en la entrevista, luego en el momento de la entrevista propiamente dicha aparecen frases como: “como te dije el otro día…”, “…como ya te explique”, etc.
Siempre hay que tener un plan B, alguna otra persona que tenga que ver con el tema, ya que es muy usual que los entrevistados se caigan. Es aquí donde el arte del entrevistador le permite ya tener preparada la información para cambiar de entrevistado sobre la marcha. Algo muy importante en este punto es nunca tener pautadas todas las preguntas y hacer un ejercicio de escucha a lo largo de las respuestas del entrevistado, para poder formular repreguntas o preguntas aclaratorias.
Uno siempre sabe como comienza una entrevista, pero nunca sabe cómo va a terminar, o con que material se va a encontrar cuando termine su trabajo.

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