Crónica sobre los días de humo
Caminatas
Hace 15 días nos despertamos una mañana con nuestras casas invadidas de un humo blanco, espeso y con olor a pasto quemado. Lo primero que pensé es “el tano de al lado está quemando las hojas secas del roble”. Cuando uno vive en un barrio del Gran Buenos Aires es usual tener a algún vecino que tiene por costumbre, en el otoño, quemar las hojas secas. Este no era el caso, prendí el televisor y ahí estaba la catástrofe. Buenos Aires, La reina del Plata, fundada bajo el nombre de Santa María de los Buenos Aires, se encontraba cubierta con un manto blanco irrespirable.
En el norte de la provincia, en la zona del Delta se estaban quemando los pastizales para promover el recambio de las pasturas, necesario para la actividad ganadera. Mientras tanto se cerraban las rutas del norte de la provincia de Buenos Aires y el Ministerio del Interior había cerrado las salidas de la terminal de buses de larga distancia de Retiro. Pero, ¿por qué llegó hasta Ezpeleta el humo?, los meteorólogos de los distintos canales repetían hasta el cansancio que los vientos del noreste facilitaban la llegada de la humareda a la ciudad y se propagaba hacia la zona sur del gran Buenos Aires.
Como todos los días pase por la Plaza 25 de Mayo, ahí me encontré con un grupo de gente, en su mayoría jubilados haciendo ejercicios, era miércoles, por supuesto. Desde hace 2 años que tres veces por semana se realizan de Marzo a Diciembre, las “caminatas para la salud”, organizadas por un grupo de Prof. de educación física y las cuatro farmacias céntricas de la ciudad. Yo me los cruzo lunes, miércoles y viernes mientras vuelvo de llevar al colegio a mis hijas. Son las 8:15 y ya comenzaron con el precalentamiento, que consta en dar 5 vueltas a la plaza, con un paso acelerado, luego pasan a una serie de ejercicios de elongación y movimientos de Tai Chi y por ultimo vuelven a dar 5 vueltas a la plaza, las acciones están seguidas de cerca por una enfermera y dos profesores de gimnasia. Finalizados los ejercicios se ponen en fila para que les midan el pulso y si es necesario la presión. La mayoría son vecinos que me conocen y a mi familia desde siempre así que resulta muy fácil dialogar un rato:
-El viernes pasado fue bravo, parecia que se me cerraban los pulmones- dice doña Edith – yo hace dos años que hago esto para estar mejor y por culpa del humo me perdí 2 caminatas- agrega.
- Edith tiene razón no se podía respirar, pero yo vine igual, por ahí veía a alguno de los muchachos y por lo menos nos tomábamos unos mates- agregó don Enrique- Antes cuando yo trabajaba en la municipalidad se quemaban los pastizales de la vera del tren, pero siempre estábamos ahí para apagarlo si se hacía muy grande el fuego. Nunca lo dejábamos solo, eso es un peligro.
Es raro pero dentro del grupo de las caminatas hay viudas, viudos y parejas. La mayoría también acuden al centro de jubilados de Ezpeleta Este, en la calle Mitre casi La Guarda, frente al cementerio municipal de Quilmes.
-El centro de jubilados está ahí para que nos vayamos acostumbrado al paisaje, jajajaja, me entendés. Bromea José Fernández, miembro de la comisión –ahí era peor, como el cementerio es medio descampado no se veía hasta la vereda de enfrente.
- Sí, ese viernes, como los profesores no quisieron que hagamos la caminata, nos mandaron a casa, pero la mayoría nos fuimos al centro para tomar unos mates- cuenta Edith – como es acá a 5 cuadras, pero cuando llegamos pensábamos que teníamos que llamar a la ambulancia, María Ester se sentía mal y tenía ganas de devolver.
- Nos asustamos mucho porque ella es joven, y si el humo tenía algo tóxico, en la televisión decían que no, pero ¿quién le cree a los periodistas, están todos arreglados?- sentencia Don Miguel Ríos – Nena haceme caso y dedicáte a otra cosa, es muy sucio el trabajo de periodista-
- Lo del humo lo hacen los del campo, porque quieren joder, solo les interesa ganar en dólares o euros, y la gente de acá que se joda, quieren que vuelva la época de la oligarquía vacuna, pero en la Argentina ya paso mucha agua bajo el puente, los dueños del campo son todos unos vende patria- explica Don José
Esa declaración arranco del grupo una serie de murmullos y frases, tanto de aprobación como de desacuerdo. Por su lado Segundo Gómez Cruz, me cuenta que para muchos de ellos este ejercicio matinal los ayuda mucho, porque a la par de caminar y ejercitarse se encuentran con amigos y compañeros – hay mucha gente sola de nuestra edad y esto sirve de excusa para conversar y pasar un rato juntos. Ya se formaron 2 parejas, bueno todavía viven en casa separadas, pero María Ester quedó viuda hace 3 años y se acerco a Ramón Plotski, el polaco, que tiene 10 años de viudo y por otro lado Lidia, que era soltera, después que murió su mamá empezó a verse con Don Juan, que le lleva unos 5 años más o menos. Es lindo que la gente tenga un lugar para compartir…Con esto también se acercaron más al centro de Jubilados, sabes tenés que venir un día para ver todo lo que hacemos, por ahí podes hacer una nota.-
Después de compartir unos mates y una charla con las chicas y los muchachos de las caminatas, fui a hablar con los profesores de gimnasia. Converso con Fernanda.
¿Cómo llegas al proyecto?
Nos juntamos con unos compañeros y habíamos planteado el proyecto en el Club Unión, pero nos dieron muchas vueltas y un día Ana María Tofanelli[1], me comentó que la comisión de farmacéuticos de Ezpeleta estaba interesada en la propuesta que teníamos, a si que con ayuda de las farmacias Gil, Tofanelli, Ezpeleta y Amarilla empezamos hace 2 años.
¿Cómo funcionan las caminatas?
La persona interesada se acerca a alguna de las farmacias que nos auspician o igual, acá los lunes, miércoles y viernes de 8 a 9:30 y dejan sus datos, llenan una pequeña encuesta de salud y empiezan. Previo chequeo que hace la enfermera, presión pulso y en el caso de ser diabéticos les hace una pruebita de glucemia.
¿Hay un arancel?
Si, los participantes pagan 10 pesos por mes, a modo de arancel, nada más.
Estos días de humo ¿Cómo se vio afectada la actividad?
Bueno, es obvio que no pudimos hacer nada, yo vine con la enfermera igual, porque a las chicas y a los muchachos no los para nada, el primer tiempo pretendían hacer las caminatas los días de lluvia con paraguas, son terribles y algunos aparecieron, eso que en la tele advertían de no hacer ejercicios, pero ellos vinieron igual. Después se fueron para el centro a tomar mate y comer factura. La mayoría viene no sólo para sentirse mejor sino que para estar acompañado. Muchos están solos o viven con los hijos pero no quieren molestar, entonces se enganchan en estas cosas, trabajar con gente mayor es como trabajar con chicos, pero sin tanto capricho.
Vuelvo a casa con una invitación para ir al centro de jubilados y ver que hacen, y con la pauta de que por querer hacer una crónica por el humo pase un rato muy ameno y divertido con las chicas y los muchachos de las caminata por la salud, ojala yo llegue con tantas ganas a la tercera edad, ojala llegue.
Abril, 2008
[1] Ana María Tofanelli, es farmacéutica y tiene su farmacia frente a la estación de Ezpeleta hace ya 30 años
martes, 29 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario